Un cliente nos pidió nuestra opinión sobre una serie de propuestas que tenía para la renovación del logotipo de su empresa. Todas las propuestas tenían elementos gráficos altamente creativos y algunas de ellas con alta complejidad en diseño.
Sin embargo, ninguna de las propuestas hacía una conexión real con su negocio, o bien, significaban una continuidad del logotipo anterior que gozaba de un buen nivel de conocimiento a nivel local. Por lo que le propusimos pedir una segunda vuelta de propuestas de logotipos más sencillos y más aterrizados a su negocio.
Al final del proceso, se llegó a un logotipo sencillo pero quizás no con la conexión con su negocio que se desearía en un escenario óptimo. Pero, la propuesta que se eligió superaba por mucho a las propuestas complejas y rebuscadas que se entregaron en un inicio.